Hoy, 10 de noviembre de 2018, Antonio Cova, mi padre, estaría cumpliendo ochenta (80) años de edad…
Mi mamá siempre se ha ufanado de que ella le celebraba “por todo lo alto” las décadas (dizque desde 1968) y este año cayó en sábado, lo que habría sido una fantástica ocasión para traer a la casa a sus amigos (casi todo ellos exalumnos) para una velada de seguro memorable y enteramente dedicada a hablar sobre el terrible estado del país así como lo que hay que hacer para salvarlo (en mi casa nunca hemos perdido la fe).
Me habría encantado escribir algo más largo y meritorio del tiempo de quienes están leyendo estas líneas, pero quienes me siguen en las redes saben que llevo ya dos meses y pico sin Internet y mi teléfono celular está estropeado, así que lo dejaré en una simple pero muy sentida felicitación:
Feliz cumpleaños donde quiera que estés, papá; no tienes una idea de la falta que me estás haciendo justo en esta misma semana tan crucial para mi vida... Ojalá estuvieras aquí para conversar.