Mayo será siempre un mes difícil para mí debido a que fue cuando murió mi papá, a quien todavía extraño como el primer día. Ahora mismo, mientras trato de escribir estas líneas, lo hago entre lágrimas, sollozos y un gimoteo que me hace tener que parar cada cinco minutos para levantarme, caminar un rato mientras me seco los ojos y recuperar el aliento.
Siendo sinceros, el dolor que me agobia últimamente no deriva del triste recuerdo, sino de una serie de problemas circunstanciales, algunos muy estresantes, que se mezclan en un cóctel emocionalmente asesino, bastante perturbador y que, claro, al recordarlo por su aniversario y considerando la falta que me hace, pues... me pongo a llorar como un niño. Si tan sólo pudiese sentarme con él a contarle lo que me pasa... *suspiro*