miércoles, 7 de octubre de 2015

2015: un año de conmemoración personal

   No sé por qué, pero los números que la cultura popular -más no la teoría matemática- llama "redondos" siempre me han gustado bastante. Imagino que es entonces por eso que los años terminados en '0 o '5 siempre los asumo como "años significativos".

   Repensándolo, lo anterior quizá sea debido a una conexión inconsciente -y nada original- con la tradición universal que valora, con mayor carga conmemorativa, los aniversarios llamados "de Plata" (25 años), "Oro" (50) y "Platino" (75) (por no hablar de los centenarios) y que, cuando aún no se alcanzan, se consuelan con unidades de diez, tales como los "décimo", "vigésimo", "trigésimo" aniversario, etc. Es decir ¿algún vez han visto un DVD o CD conmemorativo por el "17° aniversario" de una película clásica o el "22° aniversario" de un disco famoso? ¡No! ¿La gente se hace un drama cuando cumple 30, 40 o 70 años o cuando cumple 26, 32 o 55? Nuestra cultura está montada en una escala decimal y es sobre ella que se marcan los hitos.

   2015, por tanto, me invitaba desde lo recóndito de mi cerebro y en forma insistente, a buscarle un significado, emotivo e importante, que me obligase a vestir de etiqueta, pronunciar un discurso y beber champagne...




lunes, 5 de octubre de 2015

¿Por qué?

   ¿Por qué es tanta la gente que me critica vainas, válidas o no, pero que luego se rasga las vestiduras en llantos de ofensa cuando les pago con la misma moneda?

   Tengo un amigo al que le gusta el chaleco y la jodedera constante -eso que ahora el mundo occidental en pleno llama bullying- aunque lo hace sólo verbal y sin pasarse de la raya, es decir, cero agresiones físicas ni humillaciones públicas, en criollo, lo que dije arriba, joder y chalequear. A veces me critica vainas que no puedo negar que son ciertas, otras que yo no valoro igual que él pero qué sí puedo entender que a otros le molesten y finalmente, otras veces son cosas que no veo qué tienen de malo ni puedo entenderlo cuando él u otro me las explica pero vale, lo tolero porque así es la vida... Sin embargo, cuando yo me le arrecho y respondo... ¡Noo joda! Mejor es que no.

   Otro caso es el de una amiga que, para más colmo, cuenta con un firewall a prueba de balas que son todos los demás miembros del grupo, es decir, además de lo que pasa con el caso anterior, ésta tiene a todo el grupo siempre y en todo momento a su favor, de modo que si yo respondo, contra-critico o siento que ha llegado mi justo momento de chalequear y joder, no sólo ella me pone cara seria, me habla golpeado y me pela los ojos vidriosos, a medio camino entre víctima ofendida y sincera arrechera, sino que además me salta encima la tribu entera, me critican por intolerante y quedo yo como un bully de mierda.

   ¿Por qué, vale? ¡¿POOOOOR QUEEEÉ TANTA INJUSTICIA?!