Tanto las que sé
que lo son como las que no, las invito a ser abiertas con sus preferencias, sin
lugar para el miedo o la vergüenza. No pueden esperar que el mundo se
acostumbre a su forma de ser, tienen que hacerlo acostumbrarse y punto.
Basta ya de hablar
con subterfugios y eufemismos: amigas, pueden decirme tranquilas "estoy
mal porque me dejó mi novia", amigos, pueden decirme tranquilos "te
presento a mi novio". Si me ven poner una cara rara será por la grata
sorpresa que me causará su valentía, pero jamás por repulsión o desagrado. En
mí tienen un aliado, pero salgan del closet de frente y por toda la calle del
medio de una puta vez, que los derechos no se esperan ¡se conquistan!.
La Liberté guidant le peuple. Eugène
Delacroix, 1830.
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