Miren, como
pudieron darse cuenta si leyeron mi más
reciente entrada a este mismo blog, últimamente sólo ando interesado en
hablar de mí y de mis crisis existenciales… Pero coooñooo de la madre, no puedo
evitar angustiarme por lo que leo en los timeline
de mis Facebook y Twitter, así que haré una pausa en mi “yoismo” compulsivo para
decirles lo siguiente:
¿De verdad ustedes
pensaban que del diálogo del jueves tenía que salir ya un acuerdo y una
solución a nuestro problema HISTÓRICO? ¿Qué edad tienen uds., que miden todo,
cual si niños, con una escala de inmediatez como si el mundo se fue a acabar
mañana?
La naturaleza de
nuestro conflicto es tan grave precisamente porque ambas partes estamos
supremamente convencidas de la validez universal de sus postulados, lo cual no
nos deja dudas sobre la necesidad de imponérsela al otro, tal y como el Sol nos
impone su monótono circular de este-a-oeste todos los putos días, así no lo
queramos o no nos parezca justo.
Una crisis de
tamaña profundidad no se va a solucionar de una sentada, mucho menos frente a
las cámaras... Pero una verdadera salida (una de verdad, no esa catarsis
focalizada que son las guarimbas del sur-este caraqueño), REQUIERE Y DEMANDA
DIÁLOGO, y para ese diálogo, las partes debían comprometerse en público sobre
la necesidad de hacer sus diferencias a un lado... Y para eso pasó lo que pasó
el jueves y yo lo celebro.
Eso de mi parte es…
¿Ingenuo? ¿Zoquete? ¿Sesgado?… Perdón, pero más ingenuo, zoquete o sesgado me
parece creer que una única reunión iba a curar al país o que no hay que creer en negociaciones porque nadie va a dejar de pensar como ya piensa. El país está dividido en dos mitades que sólo se escuchan a si mismas... Grave, porque es el paso previo para que inicie una guerra civil. De tal
modo, como yo no quiero matar a nadie (por más que me provoque), prefiero
sentarme a dialogar con mi enemigo histórico para ver cómo evitamos seguir
destruyéndonos.
Ya hay una agenda y
un compromiso público de seguirla. Vendrán más reuniones, estas sí privadas, en
la que los rencores, insultos y desconfianzas serán expresados de maneras mucho más desagradables, pero sin embargo, algo fluirá, y como ha demostrado la Historia,
podremos sentar las bases para unas nuevas reglas de juego, que será hoja de
ruta para salir de la crisis actual. Exijamos ahora que se cumpla ese
compromiso. Gracias y hasta la siguiente reunión.
Y ahora, si me lo
permiten, volveré a hablar de mí o de las películas que he visto recientemente (temas de mis próximas entradas… Stay
tune!!).
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