Yo sostengo que se cumplen las dos
condiciones. La primera la demuestran los números, la segunda… Pues bueno, la
demostración de la segunda es la que más dudas ha generado desde febrero, ya
que el grueso de las encuestas, o no dan ganador a Capriles, o no le dan
números definitivamente sólidos. Más bien, debería decir números comprensibles:
encuestadoras serias y respetables, como Datanálisis, dan unas cifras locas en
las que, al mismo tiempo, Capriles aparece estancado en el pasado con, más o
menos, el 36% que sacó Rosales en 2006, al mismo tiempo que Chávez está por debajo del 50%, pero todo esto
acompañado de una monstruosa cantidad de indecisos que ha basculado entre los
15 y 20 puntos porcentuales.
Y es este último número, el de los “no
sabe/no responde”, el que debería prender las alarmas de los expertos, no
porque sea insólito que a estas alturas del partido un gentío alegue no saber
por quién votar, sino porque, profesionalmente hablando, un encuestador serio
(y me consta que todos los que figuran en medios lo son... Bueno, menos Schemel) debería, en vez de concluir
resultados, más bien decir “Señores, no sabemos qué está pasando, porque esta
cifra es insólita y no tiene sentido. Creemos que se debe a…” y comenzar a
proponer hipótesis científicas sobre porque es que la gente, precisamente, no
está respondiendo.
Obviamente, esta pretensión mía, propia de
ratón de universidad, presenta el problema de que tanto los periodistas en las
ruedas de prensa, cómo el público que los lee y escucha, no quiere
disquisiciones teórico-metodológicas sobre el error muestral, la validez del
instrumento o demás purismos académicos…
¡Vale! Pero coño, advierte al menos que algo está pasando y da tus conclusiones
con precaución y bajo la terrible sombra de la duda.
No es un ataque personal contra Datanálisis,
Datos, IVAD, Consultores21 ni mucho menos contra sus dueños y directivos, sino
una recomendación personal para el lector de encuestas, buscando advertirles
que eso no es normal. No ahondaré
más en el tema, pero si quieren saber al respecto, les recomiendo los análisis
de los ingenieros Christian Burgazzi e Iñaki Sagarzazu, que pueden leer acá, acá, y acá también -o
ver resumidas en este
video de YouTube- ya que son los que mejor han trabajado el
tema (y, por cierto, según ellos, gana Capriles).
Ahora bien, movámonos más allá de las
encuestas porque, pese a mi formación en ciencias duras (durante cuatro años estudié
biología) y mi preferencia personal hacia la escuela americana de ciencia
política -que es rica en números y datos duros (mi entrada de ayer lo constata)-
he de admitir que los estudios de opinión, que son vitales para la moderna
política de masas, no son la
única fuente de información con que contamos los investigadores sociales para
analizar y comprender el fenómeno politológico.
En politología contamos también con los Focus Group, el Análisis del Discurso y
las Biografías -métodos cualitativos que utilizan ampliamente otras disciplinas,
como la Sociología y la Psicología, con buenos resultados- pero sobre todo, con
la Historia (que, según la escuela europea, es la principal fuente de
conocimiento para el politólogo). Haciendo uso de todos estos métodos, les
presentaré una amalgama de observaciones cualitativas que, a los ojos de los
más “cuantofrénicos” positivistas, bien podrían ser consideradas meras
subjetividades (o en criollo: “habladera de paja”), pero que les garantizo que, por
más que no son conclusivas, sólidas e irreversibles (tampoco lo son las
encuestas, por cierto), son un cúmulo de información que haríamos mal, muy mal,
en negar y no considerar.
¿Por qué creo que Capriles va a ganar? Primero
que nada, porque la M.U.D. tomó la mejor de las decisiones de toda su historia:
escogió su candidato por primarias abiertas donde había contrincantes de todas
las tendencias y orígenes. Al escogerlo así, erradicó definitivamente el
fantasma del cogollo. Y si bien los pactos de élites no son malos per se, tampoco son muy democráticos que
digamos, y contra un presidente que se pretende pueblo pero impone candidatos a
dedo, nada como apelar a la voluntad del pueblo de verdad, verdad.
Las primarias no sólo dieron una fortísima
legitimidad de origen tanto a la M.U.D. como a Capriles, sino que con contundencia
demostraron que “el hombre” era y es él. Como
dije hace seis años, quizá Rosales fue bueno para juntar en una
misma candidatura a la oposición dura que se dispersaba en muchas, pero no
tenía el atractivo suficiente para atraer descontentos, independientes y
chavistas light. Fíjense este otro
dato: la M.U.D. soñaba con que votasen un millón quinientos mil personas (que
correspondería al 8% del electorado) ¡Y votaron más de tres millones (que
equivale al 16,2 %)! Pero más allá de los números, lo importante de todo esto
es que a la gente le gustó eso de que los consultaran. El pueblo compró la idea
y respondió masivamente. Me cuentan que en Guayana vieron obreros de SIDOR votando
con todo y el uniforme de la estatal, mandando al carajo todo miedo a
represalia política alguna.
¿Por qué creo que Capriles va a ganar? Porque
caló en la gente gracias a esa campaña que ha sido -y me disculpan la
vulgaridad- de la putísima madre. Si les soy sincero, yo nunca me imaginé que
lo haría tan bien. Si les soy más sincero todavía, les tengo que confesar que
yo no voté por Capriles en las primarias (lo hice por Machado). Pero no porque
pensaba que sería mal candidato, sino porque yo lo que quería era “el mejor
candidato para oponer a Chávez” y no lograba dilucidar cuál lo sería: “éste
tiene buena experiencia, pero… No, ese pasado adeco le mete plomo en el ala”.
“Aquel habla claro y tiene buenas convicciones, pero que va, luce muy intransigente
para mucha gente”. “Este otro… Umm, no, ese rabo de paja es medio creepy”. “Aquella es mujer recia, pero
sin experiencia gerencial y lo sifrina se prestará para ataques”.
Al final, viendo como inevitable a Capriles,
me dije “déjame ser ideológico y votar por otro para reforzar la dependencia a
la Unidad”, pero resulta que no sólo Capriles la ha respetado (a la Unidad),
sino que ha hecho lo que en este país encanta: que el candidato vaya a los
Estados de la gente, escoja su Municipio, pasee por su pueblo, haga una breve
parada táctica de unos cuantos segundos frente a su casa y en su discurso, haga
referencia a sus problemas locales.
Argelia Ríos se encontró con mi papá hace
dos meses en el C.C. Vizcaya y le contó… (Advertencia: a partir de este punto,
este ensayo desbordará en anécdotas de este tenor. Si ud. no cree en la validez
de las mismas como categoría de análisis, recomiendo no seguir leyendo) …que
Capriles fue a unos pueblos del Estado Sucre en los que el último candidato que
vieron pasar por ahí ¡Fue Carlos Andrés Pérez, en su primera candidatura de 1973! ¿Alguna vez han seguido
una campaña presidencial gringa? Allá suelen hacer algo que me gusta mucho: el
candidato se monta en una tarima y, mientras habla, lo que tiene atrás no son
los estrategas de su comando o los grandes chivos de los partidos que hacen
vida en la capital, sino gente del lugar, que se ofrecen como voluntarios y
suben a estar parados ahí, felices nada más con haber sido escogidos para que
el candidato se les acerque... Capriles hace eso. Y no sólo los sube, sino que
les da el micrófono para que hablen primero que él. Chávez no hace eso (el que
sea Presidente en ejercicio no es excusa, porque al principio, allá por 1999 y
2000, se lo veía mucho encampañado caminando por la calle y hablando con la
gente).
Mi Colega Héctor Azocar se fue para
Barlovento en Semana Santa y me llegó narrando el cuento de un pescador emocionado (tanto que parecía que gritaba) que le contó: “¡Mi Gobernador Capriles estuvo
aquí, comiendo empanadas con nosotros y se montó en mi lancha!”. Daniel Lara
(si no saben de quién hablo, es porque no están en Twitter y se están perdiendo
a toda una celebridad 2.0. Recomiendo que lo sigan),
como buen adeco, votó por Pablo Pérez y aunque aceptó el triunfo de Capriles al
instante, estaba escéptico de sus posibilidades. De hecho, en una discusión en
Facebook el pasado 21 de mayo, esbozó con suprema inteligencia una serie de
temores (hagan click en la foto para ver parte de la conversación) que remató
con esta frase: “Decía Luis Herrera ‘hay que dejar que la mula coja el nado’. La
mula de nuestros tormentos ya está dando lástima mientras coge el bendito nado,
viene una crecida y la orilla se ve lejos. Mientras, la carga se empieza a
mojar.”.
Hagan click para agrandar y leer a Daniel completo |
Al otro día, en otra discusión, subió la apuesta diciendo:
Desde
el Estado Vargas, donde el chavismo ha ganado ininterrumpidamente durante estos
13 años, revisando los datos que arrojen las actas a las 7 de la noche del 7 de
octubre en la escuela Hugo Domínguez Sánchez en la que estudié desde preescolar
hasta 6to grado y en la que he cuidado la misma mesa desde hace 10 años, les
mandaré un mensaje diciéndoles: Catires, vengo a decirles adiós, porque otra
vez estamos muertos.
Más claro no canta un gallo: Daniel creía
que perdemos. Dije “creía”, porque cuando empezó la campaña y Capriles bajó por
primera vez a Vargas -y luego volvió a hacerlo- pues… De verdad no sé qué fue
lo que pasó, pero sí sé que tuvo que ser genial, ya que Daniel, el 3 de agosto
¡tuiteó esto!.
Daniel no está tan confiado en el triunfo
como yo, pero ahora sí lo ve probable ¡Muy probable! Como también lo ve Rafael Poleo,
que allá por mayo sacó, todos lo recordamos, una
serie de editoriales donde aseguraba, básicamente, que la campaña
era malísima, que Capriles se desinflaba por inexperto, que él, como viejo
zorro adeco (eso no es insulto, ojo) podía darle consejos si se quitaba de
encima la muchachera de Primero Justicia. Pasaron las semanas, Capriles no le
paró ni medio (el Comando sacó un vago comunicado muy nifú-nifá), pero Poleo
comenzó a decir que la campaña ahora sí entendía lo que había que hacer y
remontaba. No sólo remontaba, sino que estaba por
meterle 10 pts. a Chávez. Y no es que yo crea loco a Poleo (de
verdad que no, él es “particular”, más no loco, ni mucho menos bruto), pero
tampoco vi que la campaña de Capriles cambiara nada. Entiendo que es que, con
todo y la globalización, a Miami los datos, pero sobre todo, las sensaciones de
lo que pasa en nuestras calles, llegan más lento y claro, desesperan y llegan a
creer que acá no nos estamos dando cuenta, cuando en realidad es allá en donde
no se han enterado aún de lo que vivimos.
Haz click para agrandar y leer parte del Péndulo |
¿Por qué creo que va a ganar Capriles?
Porque por primera vez tenemos cubiertas el 98% de las mesas con nuestros
testigos. En el pasado esa había sido una falla fija a la vez que una queja
perenne que se repetía hasta convertirse en atormentador salmo responsorial:
Nadie quiere ser testigo -¡No cuidamos los votos!- La gente tiene miedo de
participar -¡No cuidamos los votos!- La gente dice que le importa, pero luego no
asiste -¡No cuidamos los votos!... Siempre repliqué que el error estaba, según
lo veía y sigo viendo, en pretender el arrogante centralismo de que fuéramos
los caraqueños de Chacao y el sureste los que fuéramos pa’l monte o nuestros barrios,
a cuidar los votos de otros.
¿No es mejor contactar a esos dispersos
votos anti-chavistas de Las Adjuntas, Caucagüita, Pariaguán o Guasdualito para invitarlos
a que, amablemente, nos cuenten qué necesitan para que sean ellos mismos los
que defiendan su voluntad? No quiero menospreciar el criterio de mis colegas y
amigos, pero nunca nadie estuvo de acuerdo conmigo y más de una vez me tildaron
de irresponsable por exponer de tal forma a los demás (entiendo que por
pretender que esa pobre gente se enfrentara con los chavistas del lugar. Lo que
no me quedaba claro era el porqué nosotros sí aguantaríamos mejor y
seríamos mejor defensa de algo que ni era nuestro).
¿Y ahora? Pues ahora como que en esos
lugares, si no son machos, al menos son muchos, porque no ha quedado sin ser
cubierta casi que ninguna mesa. Digo "muchos", porque intuyo que la fuente del valor de donde emana es de
sentirse mayoría en muchos lugares.
¿Por qué creo que va a ganar
Capriles? Porque el 20 de agosto, por primera vez en 13 años, Chávez suspendió
una cadena en pleno desarrollo, alegando problemas de audio, justo cuando los sindicalistas guayaneses reclamaban
el contrato colectivo. Porque el 17
de septiembre, Chávez hizo una caravana por la Avenida Sucre, pero en vez de
cerrar con discurso y meeting en el
corazón de Catia, se bajó del carro y cogió pa’ Miraflores, mientras Freddy Bernal
decía a los asistentes “Tenemos que corregir este retroceso. Compatriotas,
amigos, Ustedes hombres y mujeres de pueblo, aún tienen 20 días para
reflexionar, 20 días para cambiar su decisión y ponerse del lado de la Patria,
del lado de la mayoría, del lado de los humildes” [Fuente].
A confesión de partes…
¿Por qué creo que va a ganar Capriles? Porque
en Estados y Municipios donde el chavismo ganaba tan avasalladoramente que la
oposición ni se atrevía a hacer grandes actos de masas, como Maturín o San
Fernando de Apure, a Capriles lo han recibido auténticas multitudes.
¿Por qué creo que va a ganar Capriles?
Porque mucha gente que no había votado en más de un lustro por estar viviendo
afuera, por fin se inscribió en el consulado o se vino al país para votar en
casa, sustituyendo a los que tuvieron el insólito tino de irse de Venezuela
justo ahora (por cierto, valga la puya de confesarles que yo respeto plenamente
sus derechos a vivir donde les plazca, pero también mi derecho a decirles que
ejercer dicha libertad de residencia justo en este momento, me pareció de lo
peor).
¿Por qué creo que va a ganar Capriles?
Porque un familiar recalcitrantemente chavista de mi amiga Adriana, de buenas a
primeras ha dicho ahora que votará contra Chávez porque ya quiere paz para el
país. Porque a mi papá le acaba de contar un arquitecto compañero suyo en el
gimnasio, que tenía que ir a la oficina de Farruco Sesto a discutir un contrato
y hoy lo llamaron para cancelar el proyecto que estaba por arrancar, alegando
“que viene nuevo gobierno”. Porque a mi amiga Daniela le chismearon desde San
Tomé, que a un gerente de la PDVSA de allá se le volaron los tapones y dijo, furioso,
que seguro perderán contundentemente y que el lunes deberían comenzar la táctica
de “tierra arrasada” que aplicaron los rusos contra Napoleón en 1812 y Hitler
en 1941 (tal y como hizo Diosdado Cabello cuando perdió la gobernación de
Miranda). Porque mi amigo Julio tiene un vecino mega chavista en Margarita, de
esos que siempre tenían un afiche de Chávez en el portón, pero al que oyó gritar
“Maldito Chávez, te odio”, una tarde en que se fue la luz por enésima vez, el
fin de semana que Julio estuvo en lo de la Virgen del Valle. Porque una prima mía que ayuda con la recaudación de fondos, nos cuenta que hace tres meses costaba
aún conseguir recursos, pero que ahora fluyen confiados. Porque Rommel, el mecánico que me repara el carro a domicilio porque Chávez le confiscó su taller de Maripérez, dejando sin trabajo a sus tres empleados que antes eran chavistas, me contó que estos lo llamaron para que los lleve a votar por Capriles, ya que se quedaron arrechos.
¿Por qué creo que va a ganar Capriles?
Porque la oposición por primera vez impone la agenda, a la que el chavismo sólo
reacciona, como cuando Capriles dijo, durante un acto en Puerto Ordaz, que no
quería sindicatos jalabolas, lo que produjo que, al día siguiente, Chávez se
descompusiera en pleno meeting
diciendo “jalabolas tú, majunche…” (ver video aquí ). Porque este último
hizo un acto para la juventud en el Poliedro, una semana después de que
Capriles lo hiciera primero en Barquisimeto, y no empezó a visitar dos Estados
diarios sino luego de que Capriles llevara ya dos meses haciéndolo. Porque los
ataques del chavismo han tenido que ser por la vía de rebuscar interpretaciones
al programa de gobierno (cuando no inventarse un programa apócrifo), lo cual es
un tipo de táctica que se aplica cuando no se puede descalificar con soltura al
contrincante… Y es que ¿cuándo se había molestado el chavismo en atacar puntos
específicos de los programas de Salas, la Coordinadora Democrática y Rosales?
Bastaba con decir “él es el pasado” o “son las cúpulas burguesas” y listo, no
había que mover la cosa hasta el plano de las ideas, donde no todos pueden
seguir el debate con la misma facilidad que cuando sólo se confrontan personalidades en donde una domina.
¿Por qué creo que va a ganar Capriles? Porque mi amigo Simón me contó que en las elecciones de egresados de la UCV el año pasado, el chavismo llevó en autobuses montones de funcionarios públicos a votar (se entiende que los que eran salidos de la Universidad, claro está) y aún así perdieron. Cuando fueron a contar los votos, muchas papeletas estaban en blanco y en más de una aparecieron escritas cosas del tenor "No pienso votar en esta elección, ya que me trajeron obligado". Además, en las elecciones a gobierno y cogobierno de ese año, el chavismo estudiantil perdió hasta en su histórico bastión de Trabajo Social, que es el equivalente universitario a perder en el 23 de enero.
¿Por qué creo que va a ganar Capriles? Porque mi amigo Simón me contó que en las elecciones de egresados de la UCV el año pasado, el chavismo llevó en autobuses montones de funcionarios públicos a votar (se entiende que los que eran salidos de la Universidad, claro está) y aún así perdieron. Cuando fueron a contar los votos, muchas papeletas estaban en blanco y en más de una aparecieron escritas cosas del tenor "No pienso votar en esta elección, ya que me trajeron obligado". Además, en las elecciones a gobierno y cogobierno de ese año, el chavismo estudiantil perdió hasta en su histórico bastión de Trabajo Social, que es el equivalente universitario a perder en el 23 de enero.
Puedo seguir toda la noche, pero ya me
agarró el día otra vez, y este escrito es ya una página y media más largo que su
predecesor. Podría también haberlo resumido todo en una simple anécdota personal: era
septiembre de 2010 y yo estaba sentado al lado de Armando Briquet, en una
reunión de trabajo que hacía las veces de prueba de admisión laboral. Al final
de la reunión, alguien de la Gobernación le preguntó al diputado (que hoy
dirige la campaña) “¿Cómo viste la cosa en Anzoátegui?” a lo que respondió Briquet
“yo los vi entusiasmadísimos, pero Luis Vicente me dijo que las encuestas no les
dan y que ninguno va a salir… No tuve valor de decírselos, porque de verdad que
están súper fajados” [parafraseado, por supuesto]. Pues bien, en ese Estado ganamos todos los circuitos y metimos
7/8 diputados. Espero que a Briquet no le arreche mi indiscreción, pero es
que la anécdota es muy buena como para guardármela, ya que enseña mucho. A mí
me enseñó bastante y tengo la sospecha de que a él también.
Próxima y última entrada: ¿qué pasará a partir de la noche del domingo?
Gracias! Creo que me he convertido en una de us fans! Que estilo! Besos
ResponderEliminarExcelente Sebastián! Como siempre muy acertado tus reflexiones!, como decimos en casa, encontrataste ejercer bien esa vocación que desde niño los que te conocemos siempre apostamos a ella! Encontraste el camino correcto! , y ojo no tiene absolutamente nada que ver con el slogan de nuestro nuevo presidente! Un gran abrazo!
ResponderEliminarMuy gráfico e ilustrativo, estoy de de acuerdo en q HCR tierne la mayoría ahora hay q Votar,Defender y Cobrar q instuyo es lo q HCh va a tratar de impedir a costa d lo q sea y x cualquier medio posible, hablo de violencia y amedrentamiento, ojalá me equivoque, gracias, ya t sigo en twtr
ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminarda tanto gusto leerte como me ha dado desde hace mucho escuchar a tu papa en casa de gladys... un abrazo y sera un placer seguir leyendote
ResponderEliminar