Faltando una semana para la elección
presidencial del 3 de diciembre de 2006, puse
por escrito mi predicción y se la envié a todos mis contactos. Lo hice principalmente
con la intención de prepararnos para el coñazo y, quizá, también para practicar
a ver qué tan bueno se me dan los análisis electorales, dejando una prueba
documental.
Al año siguiente también predije que ganaría
el “NO” en el referéndum de la Reforma Constitucional y al otro año, 2008, que
sacábamos entre un mínimo de 5 y un máximo de 8 gobernaciones (pegué el mínimo). Sin
embargo, en este último par de casos no tomé la precaución de dejar testimonio
escrito, limitándome a conversaciones con los amigos y colegas cercanos. En
2009, pese a esos logros, dejé que el wishful
thinking interfiriera en mi criterio y no tomé postura alguna, en parte
porque deseaba que la cosa no se diera pero temiendo que sería inevitable (como
efectivamente fue).
Pese a lo arrogante que suena lo anterior,
les confieso que nunca he pensado que había que ser ningún genio para pegar los
resultados en esos 3 comicios: los de la reforma y las regionales estaba siendo
predichos en todas las encuestas, mientras que la de 2006, aunque también lo
reflejaban los estudios de opinión, lo basé más en una serie de reflexiones
históricas y seudo-sociológicas que me tenían convencido que, a tan sólo un año
del intempestivo boicot de la oposición a las elecciones legislativas
nacionales y dos años luego de la humillante derrota en el revocatorio de 2004
(y subsiguientes elecciones regionales), era imposible remontar el 40% que por
entonces se había convertido en nuestro techo electoral.
Hoy quiero volver al ruedo y lanzarme la
osadía (por aquello de que uno pone en juego su reputación) de predecir que el
próximo domingo 7 de octubre, el ganador de la contienda presidencial será el
candidato de la M.U.D., Henrique Capriles. Incluso me atrevo a decir que ganará
por un margen de entre 2 y 5 puntos porcentuales (es decir, entre 51 a 49 y 52 a
47 por ciento, más o menos).
¿De dónde saco estos números si, hasta el
sol de hoy, casi ninguna encuestadora confiable ha dado ganador a Capriles, al menos no
de forma sostenida? Pues de una serie de observaciones, reflexiones, y análisis
completamente cualitativos, asistemáticos y hasta subjetivos que he estado
sosteniendo en la privacidad de mi círculo muy cercano de amigos, colegas y
mentores (por no decir que muchas veces los he tenido sólo en mi mente, pero
como de vez en cuando los suelto en reuniones, siento que han sido sometidos a
suficiente crítica como para argumentar sobre la base de ellos).
Para derrotar a lo que los anglosajones
llaman un incumbent (es decir, un
candidato que actualmente ya ocupa el cargo para el cual se está postulando)
tienen que darse dos condiciones sine qua
non: 1) La gestión del
incumbente tiene que ser mala -o “ser percibida como mala”- y su popularidad
tiene que estar agotada más allá del punto de la desesperanza (es decir, que la
mayoría de los votantes crean que no tiene remedio seguir dándole
oportunidades), y 2) El retador
tiene que ser probo y entusiasmar al electorado, en buena parte ofreciendo lo
que ofrece al ocupante actual del cargo más
lo que le falta a éste.
“¡Obvio!”, me diran uds., “así fue que
perdieron Sarkozy, Brown y Bush sr. Pero eso es en el primer mundo, chamo, aquí
en el tercero los pueblos son brutos y reeligen a los que los joden”… No me
pienso meter en esas honduras, no es el asunto que nos atañe ahorita. Sólo
vengo a asegurarles que esas condiciones ya se están dando y están a la vista.
Veamos:
El gobierno de Chávez ha sido malo y punto.
No me voy a poner a detallar el porqué. Aquí todos lo saben o, mejor dicho,
aquí todos lo padecemos. Hasta el que lo niega por convicción y amor sincero a
Chávez no se cansa de señalar las costuras rotas por todos lados. A veces lo
dicen en público, otras veces lo dejan saber con subterfugios. Incluso el más comprometido
ideológicamente se desespera porque esto todavía no se parece del todo a Cuba o
porque la (boli)burguesía no para de enriquecerse con la venia del régimen y
del comandante mismo.
De entre los que no creen en ideologías y
sólo miden las cosas sobre la base del estado de su calidad de vida, han sido los
apagones, los atracos, los puentes caídos, los secuestros, las calles llenas de
cráteres, la excesiva burocracia, el abuso de poder, el desempleo, la reducción
de libertades básicas, la falta de equidad, el desabastecimiento, etc., los que
poquito a poquito, de a pequeños grupos a la vez, fueron convenciéndose que esto ya no tenía remedio. Este grupo de
gente sencilla fue el que, de uno en uno por ciento, hizo que aquel techo que
en 2006 era de 40%, un año después, en el referendum de la reforma, subiera
hasta 51% y que para 2010 promediara 46,5%.
“¡Todavía es muy bajo!” dirán ustedes, “en
una polarizada carrera de a dos, si uno tiene 46 es porque el otro tiene 54”… Pues
¡NO NECESARIAMENTE! Veamos: en las elecciones legislativas de 2010, la
contienda para elegir a los 11 representantes del Parlatino (recordemos que esa
instancia fue electa proporcionalmente en una única circunscripción nacional,
lo cual la asemejó mucho a una elección presidencial) dio los siguientes
resultados: la tripleta PSUV + PCV + UPV obtuvo 5.268.939 votos, equivalentes
al 46,71%. Mientras, la suma de las muchas tarjetas suscritas a la M.U.D. totalizó
5.077.043, o 45,01% de los votos... Como habrán determinado ya, eso está a 8 puntos
de sumar 100% ¿de dónde saco yo entonces que el chavismo perdió? Pues
del hecho que en esa elección hubo otras dos tarjetas que tuvieron figuración y
robaron votos, la tarjeta OPINA, que tenía de primero en la lista al enigmático
Hermán Escarrá -entonces todavía muy vinculado a la oposición en la mente de
mucha gente- y que llegó a transmitir cuñas y montar vallas; y el PPT, que
había roto públicamente con Chávez en medio de un drama que el Chigüire Bipolar
satirizó comparándolo a la actitud de una mujer a la que el marido le pega. La
suma de estas dos tarjetas (2,56% y 2,81%, respectivamente) al bando opositor
lo remontan hasta 50,38% y eso, mis estimados, eso es una mayoría suficiente para ganar Miraflores. No importa
que el 2,91% de las votos restantes hayan sido de tarjetas chavisto-disidentes, cuyos votantes preferían y aún prefieren a Chávez que a la M.U.D. ¡Nada, su suma no
bate el “mitad + uno” que alcanzó el anti-chavismo ese año y punto![1].
Para rebatir esta prueba (que a mí me basta)
se podría alegar que una cosa es votar por Chávez y otra, muy distinta, votar
por el PSUV. Que mucho chavista en la base cree en Chávez pero no en su gente,
por lo que debemos esperar que votaren por él aun cuando no lo hayan hecho por
su partido ni por los candidatos que aquel designó a dedo… Miren, puede ser,
pero ¿Hasta qué punto? Para mí esa diferencia es menor del 1%. En el caso más
extremo, es de 3% y creo que me fui de palo. Pero en vez de especular vayamos a
la data dura y cruda:
En el año 2007, viéndose reelecto con el
mayor porcentaje de votos desde la novel elección de Rómulo Gallegos 60 años
antes, Chávez propuso reformar la constitución, sometiendo a consulta la modificación
de 34 artículos, entre ellos el de la reelección presidencial (¡Y sólo
presidencial! Para mi ese siempre fue el verdadero motivo de la fulana reforma.
Los otros 33 artículos eran “un plus” que añadían herramientas de poder a la
vez que escondían lo más importante: reelección per saecula saeculorum). En una torpeza política, Chávez, que no lo
necesitaba, quiso hacer la movida más legítima y sometió su propuesta a la
Asamblea Nacional antes que a los electores, la cual modificó el documento de dos formas: cambiando la redacción de mucho de lo propuesto por el Comandante y
sumando otra serie de artículos a modificar, subiendo el número total de 34 a
69. Sin embargo, a la hora de presentárselos al pueblo, los 34 artículos
originales de Chávez, ya modificados en diferentes grados, fueron
englobados en una primera pregunta, llamada Bloque A (donde también había algunos
de los “artículos extras”), mientras que en el Bloque B sólo quedaron el resto de los
artículos propuestos por la A.N. Ambas preguntas fueron reprobadas, pero el
Bloque A sacó 49,29% de “síes” (contra 50,7% de “noes”), mientras que el B llegó a 48,94% (contra 51,05). Es decir, que sólo 0,35%, léase, menos de medio punto porcentual de los
electores que aprobaban la propuesta original del Presidente, no respaldaron las
adiciones de la Asamblea roja, rojita. En dos platos: que la práctica totalidad
de los chavistas fieles, obedecieron a su comandante una vez que éste aceptó el adendum de los legisladores.
Sumado a lo anterior, debe tomarse en
consideración otro elemento: pese a que el CNE nunca tuvo la decencia de
publicar el total de votos escrutados (el último boletín, si mal no recuerdo,
sólo reveló 88% de las actas, dejando por fuera las embajadas y el montón de
mesas en que se tuvo que votar a mano) ni de revelar la cifra total de
participación, es de conocimiento general que la abstención fue mucho mayor que
la alcanzada 354 días antes, cuando a la reelección de Chávez faltaron 25,3% por votar. Muchos de los 7.309.080 que lo reeligieron en 2006, se
quedaron en sus casa en 2007 -el Bloque A bajo casi tres millones, a 4.379.392- pero también se abstuvieron muchos de los
4.292.466 que votaron por Rosales, ya que, aunque ese mismo Bloque A fue
reprobado por 4.504.354, yo sé de mucho escuálido que había votado en 2006 pero
que, decepcionado y escéptico, no quiso
hacerlo de nuevo en 2007 (algunos de esos no han vuelto a votar desde entonces).
En conclusión, que la Reforma perdió en buena medida por la abstención chavista, sí, pero que también debido a muchos votos negativos de los que había reelecto a Chávez apenas un años antes.
Como
tercera y última prueba a favor de mi tesis contraria al mito de la
invencibilidad de Chávez, los llevo ahora al doble ciclo electoral noviembre 2008 – febrero 2009. Repasemos
primero: Chávez logra recuperarse, asegurando 17 gobernaciones + el Distrito
Capital y poco menos de 300 alcaldías de un total de 335. Entusiasmado, se
juega a Rosalinda y convoca un referendum apenas para febrero del año
siguiente, 2 mese y 2 semanas después, con la única intención de proponer una
enmienda constitucional referida a su verdadero propósito en la vida: no ser
movido de Miraflores por el pueblo venezolano.
Primero, tengo que confesarles que la
audacia de la movida es digna de sincera admiración. Chávez es todo lo malo que
queramos que sea, pero ahí se las jugó todas y la pegó, porque la enmienda fue
aprobada por 6.310.482 votantes, equivalentes a 54,85% (el no bajó esta vez hasta 45,14% que, sin embargo, en votos reales
significaron un alza desde 2007, rompiendo por fin la barrera de los cinco
millones, hasta situarse en 5.193.839).
Bien, ganó, perfecto, pero pongamos esta
victoria plebiscitaria bajo la lupa de la elección regional que lo motivó dos
meses antes, yéndonos hasta el Municipio Libertador del Distrito Capital, una
de las zonas más neurálgicas, pero sobre todo simbólicas, de los intereses políticos
de Chávez, así como de su forma de pensar (recordemos aquel presidente de
CorpoElec que duró 48 horas en su cargo por proponer recortes de luz para
Caracas. Chávez dejó sin luz a todo el país con tal de no hacernos arrechar a
los caraqueños… No me pregunten por qué).
En noviembre de 2008, Jorge Rodríguez ganó
la Alcaldía gracias al 53,59% de los votos contra un montón de candidatos,
donde sólo vale la pena destacar a Stalin González (41,39%) y Claudio Fermín
(3,2%) -que suman 44,59%-. Pero en 2009, el SÍ sacó 51,97% mientras que el NO
sacó 48,02%. Es decir, el voto que se jugaba el futuro de Chávez en el poder bajó en términos relativos, al tiempo que subía el que lo quería fuera. En
términos absolutos, Rodríguez le sacó a la suma González/Fermín unos 80.194
votos (9%) en noviembre, pero en febrero, a sólo dos meses y medio, cuando el
nuevo alcalde chavista ni había tenido tiempo para terminar de formar un
gabinete, -por lo que no puede ni debe atribuirse a un voto castigo- la
diferencia en votos contantes baja casi un 50%, a 41.390 (3,95%).
¿Qué uds. creen que sí fue voto castigo
contra Rodríguez por no haber resuelto inmediatamente ve-tú-a-saber-qué-problemas
de los miles que padece Libertador? Bueno, vayámonos hasta el otro extremo del
Valle de Caracas y veamos lo que pasó en Sucre, municipio hogar del siempre
referencial barrio Petare: en 2008 sólo votaron 267.820 personas aptas para
hacerlo, de las cuales 146.226 (55,60%) lo hicieron por Carlos Ocariz, mientras que
sólo 115.356 (43,86%) lo hizo por Jesse Chacón. En el referendo, la
participación subió a 304.919 votantes, de los cuales, 167.466 (56,22%) votó
que NO a la reelección ilimitada, mientras que sólo 130.386 (43,77%) estuvo de
acuerdo. O sea, que tanto en términos relativos como absolutos, el voto
anti-chavista aumentó en Sucre como lo había hecho en Libertador… Y así como
Ocariz tenía el mismo tiempo de electo que Rodríguez, así los problemas de La
Urbina y la Dolorita no son menos graves ni menos urgentes que los de El
Paraíso y Gramovén. Si operó voto castigo en menos de 3 meses en el oeste,
tendría que haber operado idéntico en el este. Y recuerden que, olfateando las
encuestas, Chávez amplió la propuesta, llevándola de “sólo para él” a “reelección
para todos los cargos de elección popular”, lo que podría -y de hecho lo hace-
beneficiar el continuismo opositor en Chacao, Baruta, Nueva esparta, etc. Por
donde lo miren, es revelador y no da para equivocarse. No insistan en
deprimirse.
Bien, creo que ya queda claro que el voto
chavista merma lánguida pero sostenidamente y que, por tanto, los resultados de
2010 bien pueden considerarse un preaviso sin temor a equivocarnos. Ahora toca
la condición número dos: el candidato opositor. Vámonos pa’ esa… pero en una
entrada que haré mañana (son las 4:02 AM y hoy tengo que pararme a las 5:00
para dar clase en la UCAB). Nos vemos entonces.
[1] Si
en vez de considerar las tarjetas del Parlatino, suman cada una de las tarjetas
del voto lista estadal, el panorama es más esperanzador.
En los años 2009 y 2010 hubo una recesión económica en Venezuela, con decrecimientos del PIB por el orden de los -3,2% y -1,5% respectivamente (Banco Mundial, 2012); además, con significativa reducción del gasto público; por lo tanto los niveles de respaldo electoral del Presidente Hugo Chávez fueron afectados, como cualquier gobernante del planeta en el marco de los fenómenos explicados. Así, en el 2009 el precio promedio del petróleo venezolano se mantuvo en 57,02 dólares, mientras en el año 2010 en 71,97 (MPPPM, 2012). Ahora, en la actualidad, hay un escenario económico distinto en el cual en el año 2011 con la recuperación del precio del petróleo, promedió 101,06 dólares, creció el PIB 4,2% (Banco Mundial, 2012); mientras, en el 2012, el precio del petróleo viene promediando los 105,17 dólares con crecimiento en el primer semestre del año en curso de 5,31% (BCV, 2012).
ResponderEliminarEntonces, la realidad económica venezolana y los niveles de gasto público cambiaron, desde el empate electoral de las elecciones parlamentarias del año 2010, por ende aunque los votos consolidados de la oposición no se reducirán, realmente, aumentaran por el crecimiento de la población electoral, importantes sectores del llamando "chavismo" "ligth" o "blando" se movilizaran a votar por el Presidente Hugo Chávez. Dicha situación generará un escenario parecido al acontecido en el año 2009, es decir, entre 8 y 12 puntos de diferencia a favor del Presidente Hugo Chávez. Yo espero Sebastián que cuando el CNE difunda los resultados oficiales con los datos que aseguren la re-elección de Chávez, tu ayudes a calmar los ánimos entre tus amigos y alumnos opositores; porque, sí mi análisis es errado y gana Capriles Radonski, yo voy a hacer lo mismo entre mis camaradas.
UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN PARA
EliminarOmar Vázquez Heredia3 de octubre de 2012 04:13
En los años 2009 y 2010 hubo una recesión económica en Venezuela, con decrecimientos del PIB (SE ESTABA CONSOLIDANDO LOS NUEVOS LIDERES DEL SISTEMA PENITENCIARIO VENEZOLANO, LOS PRANES) por el orden de los -3,2% y -1,5% respectivamente (Banco Mundial, 2012)(; además, con significativa reducción del gasto público (; por lo tanto los niveles de respaldo electoral del Presidente Hugo Chávez fueron afectados, como cualquier gobernante ( TE REFIERES A GOBERNANTES DICTADORES ¿?? O GOBERNANTES QUE NO TIENEN NI UN CHARCO DE PETROLEO Y SUS PAISES MUESTRAN UN DESARROLLO CONSTANTE??) del planeta (ENTIENDO LA PREOCUPACION DE LUCHAR POR LA PAZ PLANETARIA) en el marco de los fenómenos explicados. Así, en el 2009 el precio promedio del petróleo (QUE LE REGALAMOS A CUBA, NICARAGUA, BOLIVIA, ECUADOR, ARGENTINA, ETC) venezolano se mantuvo en 57,02 dólares, mientras en el año 2010 en 71,97 (MPPPM, 2012). Ahora, en la actualidad, hay un escenario económico distinto en el cual en el año 2011 con la recuperación del precio del petróleo (TRANQUILO FIDEL, QUE SI SIGUE SUBIENDO TE PODEMOS MANTENER), promedió 101,06 dólares, creció el PIB 4,2% (Banco Mundial, 2012) ( CRECIO LA DELINCUENCIA Y LO SABES MI HERMANO QUE OJALA NO TE TOQUE VIVIR EN CARNE PROPIA LO DESAGRADABLE QUE ES PASAR POR ESA DESAGRADABLE EXPERIENCIA DE PERDER A UN SER QUERIDO) ; mientras, en el 2012, el precio del petróleo viene promediando los 105,17 dólares con crecimiento en el primer semestre del año en curso de 5,31% (BCV, 2012).
Entonces, la realidad económica venezolana y los niveles de gasto público cambiaron Documentos #OPERACIONLUPA-ANUNCIO DE VIVIENDAS ENTREGADAS HASTA JUN 2012-AUDITORÍA CUBANA DE VIVIENDAS ABR 2012-ANEXOS DE LA AUDITORÍA CUBANA ABR 2012-OPERACIÓN LUPA VIVIENDA EDO. BOLÍVAR JUN 2012-OPERACIÓN LUPA VIVIENDA EDO. CARABOBO JUN 2012-OPERACIÓN LUPA VIVIENDA EDO. LARA JUN 2012-OPERACIÓN LUPA VIVIENDA EDO. TÁCHIRA JUN 2012-OPERACIÓN LUPA VIVIENDA EDO. ZULIA JUN 2012),desde el empate electoral de las elecciones parlamentarias del año 2010, por ende aunque los votos consolidados de la oposición no se reducirán, realmente, aumentaran por el crecimiento de la población electoral, importantes sectores del llamando "chavismo" "ligth" o "blando" ( LOS CARGOS 399) se movilizaran (OBLIGARAN ) a votar por el Presidente Hugo Chávez. Dicha situación generará un escenario parecido al acontecido en el año 2009 es decir, entre 8 y 12 puntos de diferencia a favor del Presidente Hugo Chávez. Yo espero Sebastián que cuando el CNE difunda los resultados oficiales con los datos que aseguren la re-elección de Chávez (EL UNIVERSAL JUEVES 27 DE SEPTIEMBRE DE 2012 12:00 AM LA HABANA.- EL EMBAJADOR DE VENEZUELA EN CUBA, EDGARDO ANTONIO RAMÍREZ, ASEGURÓ AYER EN LA CAPITAL CUBANA QUE VOTAR EL 7 DE OCTUBRE POR EL PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ FRÍAS "ES VOTAR TAMBIÉN POR FIDEL" CASTRO, tu ayudes a calmar los ánimos entre tus amigos y alumnos opositores; porque, sí mi análisis es errado y gana Capriles Radonski, yo voy a hacer lo mismo entre mis camaradas( DONDE DEJAS A LOS CAMARADOS?? AHHH SE ME OLVIDABA AVISALE TAMBIEN A EVO, CORREA, FIDEL, CRISTINA, ORTEGA,,, Y A LOS BABALAOS PARA QUE LE PASEN EL DATO A Muammar Gaddafi ).
PURA CHACHARA MI HERMANO…….
Reducir un análisis político a una simple ecuación numérica del precio de petroleo o el crecimiento del PIB esto, estimado Omar, un error garrafal que, aun siendo un marxista-materialista, no puede permitirse un analista serio. No sé quién va a ganar estas elecciones, lo que me preocupa es un país binario donde una mitad amanecerá de cama el día 8 de octubre. Para mi éste es el punto que pocos están dispuestos ver.
ResponderEliminarSaludos,
Utilizar el PIB como indicador de felicidad es bastante ingenuo
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