martes, 2 de octubre de 2012

Mi predicción electoral de 2006


   LO QUE LEERÁN A CONTINUACIÓN FUE UNA CARTA (e-mail) QUE ESCRIBÍ EL DOMINGO 26 DE NOVIEMBRE DE 2006, EXACTAMENTE UNA SEMANA ANTES DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL EN LA QUE CHÁVEZ FUE REELECTO PARA UN PERÍODO DE 6 AÑOS Y QUE ENVIÉ A TODOS MIS CONTACTOS VENEZOLANOS, INCLUIDOS CASI TODOS MIS PROFESORES HASTA ENTONCES (estudiaba séptimo semestre de Politología en la UCV).

   LO HICE, COMO DIGO AL FINAL, PARA TRATAR DE EVITAR QUE AL DÍA SIGUIENTE DE LA ELECCIÓN, QUIENES NOS HEMOS OPUESTO A CHÁVEZ TODOS ESTOS AÑOS NOS SINTIÉRAMOS TAN DERROTADOS Y DESMORALIZADOS COMO NOS SENTIMOS LA MAÑANA DEL LUNES 16 DE AGOSTO DE 2004, CUANDO CHÁVEZ GANÓ EL REFERENDUM REVOCATORIO.

   SIN EMBARGO Y PESE A LAS BUENAS INTENCIONES, ESTE ESCRITO ME VALIÓ CRÍTICAS SEVERAS, INSULTOS Y DESPRECIOS PÚBLICOS DE GENTE ALLEGADA, HUBO QUIENES ME TILDARON DE NO IMPORTARME UN COÑO LO QUE PASABA EN EL PAÍS E INCLUSO ALGUIEN -NUNCA SUPE QUIÉN FUE- DIJO QUE MUY SEGURAMENTE YO HABÍA VOTADO POR CHÁVEZ SÓLO PARA DEMOSTRAR QUE TENÍA RAZÓN... APROVECHO AHORA PARA DECIR QUE YO SOY ARROGANTE, PETULANTE Y HASTA SOBERBIO ¡PERO NO A ESE NIVEL!

   EN ESTA OPORTUNIDAD LO VUELVO A COMPARTIR PARA UTILIZARLO EN UNA NUEVA MISIVA QUE ESTOY ESCRIBIENDO EL DÍA DE HOY Y QUE HARÁ REFERENCIA A ESTE ESCRITO.

   SIN MÁS PREÁMBULOS, LOS DEJO CON LA EPÍSTOLA QUE ESCRIBÍ HACE 6 AÑOS. COMO SE TRATA DE UNA COSA INFORMAL QUE ESCRIBÍ CUANDO TODAVÍA ESTUDIABA EN LA UNIVERSIDAD, LE HICE HOY PEQUEÑAS CORRECCIONES DE REDACCIÓN PARA AYUDAR A HACERLO MÁS CLARO, PERO GROSSO MODO ESTÁ IDÉNTICO A COMO LO ENVIÉ ORIGINALMENTE.


Caracas, 26 de noviembre de 2006:


            Hago un breve paréntesis en la narración de mis viajes por el oriente venezolano para mandarles hoy, a exactamente una semana de las elecciones presidenciales, mi opinión general acerca de lo que sucederá y de cómo puede o debe entenderse. Soy consciente de que no puedo ofrecerles verdadera episteme, pero trataré mucho de darles más que simple doxa.

            En dos platos: va a ganar el candidato-presidente, Hugo Rafael Chávez Frías. Y va a ganar limpiamente (muy bien marcadas esas comillas).

            Bastante bien sabe el 90% de los destinatarios de esta carta que yo nunca he sido chavista, no lo soy, ni lo seré. Siempre me pareció un candidato del resentimiento y el ‘antisistemismo’ antes que una verdadera opción de construir y mejorar… sin embargo, siempre, en privado y para mis adentros, asumí que este señor era una de las últimas esperanzas para reconciliar a los venezolanos con su súper-estructura política. En mi opinión no lo logró.

            Pero esta misiva no pretende ser un análisis de la gestión chavista -aunque no tengo problema en admitir que me ha parecido la peor desde Cipriano Castro- sino el explicar de acuerdo a mi criterio por qué, pese a que para mí ha sido terrible, va a ser la fórmula ganadora del próximo domingo.

            Chávez va a ganar -sin necesidad de mayor trampa- porque todavía y para mi pesar, mucha gente, muchísima, sigue creyendo en él. Pero el grueso de sus seguidores, más que creer que casi-8 años han sido pocos y que “hay que darle chance”, más que pensar que “sigue siendo el hombre”, más que ver en sus caras una esperanza aún no cumplida pero que sigue firme y prometedora… votarán por él dado el desprecio contra la opción que se les plantea.

            Mucho chavista se ha decepcionado, mucho chavista está cansado de esperar, mucho chavista quisiera darle a Chávez su susto para que se ponga a cumplir de una vez la montaña de expectativas que, muy imprudentemente ha estado planteando a diestra y siniestra desde 1998, prometiendo inutilidades que el pueblo, en toda su historia reciente -o completa- jamás pensó le fueran necesarias y/o vitales para su sobrevivencia o para la consumación de su felicidad, tales como “derrotar en este siglo al Imperio norteamericano” o  “destruir al capitalismo”… *suspiro*.

            Sin embargo, ese chavista decepcionado, cansado o simplemente desinteresado ya de tanta pendejada y divagación, prefiere seguir votando por el comandante de Sabaneta ANTES que darle el voto a lo que muchos de ellos ven como el candidato del regreso, el continuismo, la oligarquía, los ricos, los sifrinos o… también hay que decirlo porque hay quien, pese a todo, se ha creído ese cuento, el candidato del imperio.

            El país se dividió profundamente a partir de 1998 o, mejor dicho, acentuó sus diferencias desde que eligió a Chávez como Presidente. Digo "acentuó" porque creo con firmeza que es lógica y físicamente imposible que una sola persona sea capaz de tanta proeza por sí solo; pero pese a ello, sí ha sido Chávez el principal motor de dicha división o, al menos, su primer y más grande atizador y beneficiario. Es por ello que considero que contra Chávez, que hizo como aquel terrible pulpero de Calabozo llamado José Tomás Boves entre 1812-1814, que logró capitalizar y reunir bajo su bandera y para su simple provecho años de descontento acumulado y poner a un amplio porcentaje de la población en contra de la restante, lo que hacía falta en esta oportunidad era otro llanero o su equivalente. En la Venezuela de 1815 ese llanero fue un peón de hacienda y se llamó Páez. En la del 2006 NO SE LLAMA Rosales.

¿Y por qué no? Es una buena pregunta, veamos: primero que nada, les pido que no se me entienda mal, Rosales me parece un buen gerente, que ha hecho una excelente labor en el Zulia (aunque pareciera que todos los gobernadores de la nombrada entidad han hecho buenos trabajos -lo que en realidad de lo que habla bien es del pueblo zuliano-) y que tiene bastante madera para ser Presidente de la República… si esta no fuera la República de Hugo Chávez. Y es que como dije arriba, el Comandante barinés capitalizó y dio accionar a un resentimiento, a un cansancio y una dolencia generalizada ya por mucho tiempo para cuando se lanzó al cargo y, desde que lo obtuvo, no ha hecho más que avivarlo e incrementarlo a niveles para mí insospechados y terribles, con cuentos maniqueístas y manipuladores como “ser rico es malo”, “el capitalismos es perverso”, “Bush es el diablo” “volvamos al trueque”, “los que no me siguen están contra mi” etc. Por tanto, lo que hacía falta para bajarlo de ese pedestal incendiario e iniciar la reconciliación nacional -¡LA TAN NECESARIA RECONCIALIACIÓN!- es un candidato que convenciera a su gente de que lo que en estadística se denomina la hipótesis alternativa, esto es, la opción opuesta, no es mala y que, por el contrario, vale bastante la pena seguirla y dejar al loco en el castillo al que él mismo le prendió llamas.

            La autobiografía del Gral. Páez, citada por Laureano Vallenilla, nos cuenta cómo el famoso Negro Primero le confesaba al mismísimo Bolívar que él había servido a la causa del Rey por pura codicia y por temor y rabia contra los blancos, hasta que un día “vino el Mayordomo (así llamaban los llaneros a Páez) a Apure y nos enseñó lo que era la Patria y que la diablocracia no era ninguna cosa mala, y desde entonces estoy sirviendo con los patriotas” (PÁEZ citado por VALLENILLA. 1911:27. Las cursivas son mías).

            En la cita podemos ver cómo los soldados patriotas, que al final de la Guerra eran en su mayoría de la casta parda de los llanos del país (lo que es lo mismo a decir que provenían del bloque mayoritario del país) habían luchado CONTRA los republicanos porque sus jefes naturales (capataces, pulperos, párrocos, etc.) les habían convencido a punta de labia de lo que en el fondo de sus inconscientes habíase incubado durante décadas: que la causa independentista era una abominación diabólica que renegaba del sacro-santo Rey, poniendo en su lugar a vulgares magistrados electos, contraria a todo orden natural, donde se perpetuarían las relaciones de poder, quedando los criollos arriba y los pardos abajo. Esto fue así hasta que vino uno como ellos, llanero pobre, prófugo de la justicia, sirviente de un esclavo que lo ponía a mecerle el chinchorro y que se jactaba (el esclavo) en las tabernas de tener a un catire por subordinado… Ese "como ellos" vino a decirles que la Patria -no el Rey- y la Democracia -no el orden feudal- no tenían nada de infernal y que igualmente podrían alcanzar la felicidad si luchaban por ella. No fue sino hasta entonces que comenzaron a vencer los “libertadores”.

            Volviendo casi 200 años hasta el presente, lo que importa para recuperar al país en el que, para bien o para mal, vivimos todos, es convencer a la otra parte de que el camino escogido es beneficioso. Hugo Chávez, en mi opinión, con sus memorables “freiremos las cabezas de adecos y copeyanos”, “socialismo o muerte” y “Condoleeza, Condoleeza, no te metas conmigo Condoleeza” no está logrando el cometido que para mi es necesario en aras de que un país sea exactamente eso, un país. Un país y no un campo de batalla en que se enfrentan los que siguen al caudillo y los que tenemos “el atrevimiento” de dudar de su liderazgo. Con base en esta misma premisa, el liderazgo que debe surgir para convencer a los que siguen al verborrágico comandante es uno que convenza a sus seguidores -que son aún muchos- de que lo que se le propone en alternativa es provechoso. Yo dudo de que Rosales lo esté logrando.

            Como bien dije antes, yo no dudo de las capacidades gerenciales del marabino, pero sí enormemente de su habilidad para atraer al chavista descontento, convencerlo de que su plan le rendirá más frutos a él (al elector) y al país y de que, SOBRE TODO Y MÁS IMPORTANTE AÚN, que siguiéndolo a él, a Rosales, no volverán al oscuro e ignominioso hueco al que habían ido a parar en los últimos años de la democracia puntofijista. En pocas palabras, Chávez hace sentir a mucha gente que él se preocupa por ellos, de que él, cual moderna versión de los déspotas ilustrados del s. XVIII, los atiende como un padre caritativo y dadivoso y que se opone a que las fuerzas del mercado y el individualismo capitalista los maltrate… cosa que sabemos desde hace 200 años que no es ni cierto ni posible ¡Pero cómo vende todavía!

* * *

            Yo lo voy a admitir sin vergüenza: por espacio de un mes me planteé la posibilidad de que Benjamín Rausseo, alias Er Conde del Guácharo, era la persona capaz de agrupar al grueso de la oposición (que nunca ha pasado de ser 40%) y atraer bastantes votos chavistas. Sin embargo, su posibilidad se esfumó tanto por la reacción de la oposición como por su evidente falta de práctica en estas lides. Pero para algo sirvió su efímera candidatura: la oposición se unificó en tan sólo dos semanas bajo una misma bandera y escogió al gobernador zuliano como su propuesta Presidencial.

            Todo normal hasta ahí, peeeeero… en mi opinión un terrible pero: Rosales claro que podía -y de hecho pudo- aglutinar a los detractores de la revolución PERO -EN MI OPINIÓN- NO ES CAPAZ DE ATRAER A UN GRUESO DE DECEPCIONADOS CHAVISTAS A SU CAUSA; al menos los suficientes como para formar gobierno, mantener alguna estabilidad inicial -evitando cacerías de brujas y nuevas listas Tascón escuálidas- promover algún cambio y lograr, con el paso del tiempo y la probidad de los hechos (en teoría todo esto), que el resto de la gente abandonara definitivamente la vía divisionista del líder del 4F.

            El hipotético primer Presidente de una inmediata era post-chavista debe lograr dos tremendos milagros: el primero es hacer sentir a los para-entonces-opositores (o sea, los chavistas sacados del poder) que se puede gobernar bajo otros ideales y métodos -y de que tienen que dejar hacerlo-.  Segundo, debe contener a los radicales de su propio bando que querrán, justificados o no, pasar facturas y cortar cabezas. Porque si esa facción se impone, les pasará como a la rancia nobleza francesa que hizo del Conde de Artois, cuando llegó a ser Rey Carlos X, el “típico Borbón que no había aprendido nada y no había olvidado nada” (Harrison at al. 1991:111). es decir, un adalid de la reacción que quiso acabar con TODO lo que la Revolución y el Bonapartismo habían introducido en Francia durante 25 años y que para lo que sirvió fue para ponerle el sello final y definitivo a la monarquía absoluta, a la antigua aristocracia terrateniente y a al alto clero en Francia.

            ¿Puede Rosales atraer chavistas y NI-NIs a su causa como eficientemente ha atraído opositores? Yo, de verdad y con mucho pesar, lo dudo.

            Es por esto que ahora, a 8 días exactos, hago mi pronóstico sin temor a equivocarme: Rosales saca, máximo, 41% de los votos válidos. Sin trampa ni marramucia por ninguna parte. Revisen la base de datos del CNE, disponible para todos en Internet, y verán que la opción no-Chávez nunca ha sacado más del 40,5% ¡Pero no hagan lo que aconsejan algunos: contar a su favor la abstención, porque es engañarse (si quieren luego hablamos de eso)!

            “Y si te equivocas, Sebastián ¿dónde vas a meter la cara? ¿Qué pasa si Chávez pierde y Rosales es el nuevo Presidente de Venezuela?...” ¡PUES NADA: NUNCA ESTARÉ MÁS CONTENTO DE HABERME EQUIVOCADO EN TODA MI VIDA! Porque en este caso, equivocarme significará el, en principio, fin de lo que, para mi, ha sido una experiencia desagradable y dolorosa para el país entero.

Digo esto porque siento que aunque con Chávez más de uno pueda asegurar sinceramente que su calidad de vida ha mejorado -ya que se inyectó una bola de real o halló consonancia ético-espiritual entre sus ideales personales y los de aquellos en el poder- no ha sido sino a costa de enemistarse con sus compañeros, sus amigos, sus familiares, ver llegar la pelea y el odio a rincones donde no se habían metido dichos sentimientos desde hacía mucho en la historia de nuestro país. Y es que cuando uno oye “me gusta bastante esa chama, pero me frena que sea chavista (o escuálida)” no le produce satisfacción plena a NADIE. No importa cuánto intente tapar el sol con un dedo.

            Ahora bien, que vote por Rosales todo aquel que quiera hacerlo, yo no hago un llamado a abandonar la lucha, para nada. De hecho, yo mismo voy a votar por él. Pero lo haré por resignación, porque, como ya expliqué bien, yo dudo de que gane. También les cuento que por espacio de una semana pensé votar nulo, pero me di cuenta que de esa manera ayudaba a Chávez y él, de pana, NO ME GUSTA. Así que lo haré porque creo que Rosales ha sido un mejor gobernador que Chávez presidente, pero sólo considerándolos como administradores y gerentes.

Aún así yo escribí esto fue para que no amanezcamos el 4D tan hechos mierda como amanecimos el 16A de 2004. Guerra avisada no mata soldado.

            Agradecido plenamente con aquellos chavistas y/o escuálidos que tuvieron el estómago para leerme hasta este último párrafo, me despido deseando que todo este peo termine de una vez. Cuánto quisiera yo que Chávez gobernara en vez de despotricar contra el mundo. Cómo desearía yo que la oposición planteara alternativas atractivas en vez de despotricar contra Chávez.

            Se les quiere un montón… ¡Y QUE GANE VENEZUELA, AMÉN!

Atte. Sebastián Cova
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NOTA EDITORIAL: EN EL PÁRRAFO #18 PREDIJE QUE ROSALES NO PASABA DE 41%. AQUÍ PUEDEN VER QUE SACÓ 36,9%

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